lunes, 16 de octubre de 2017

Tres aberraciones en Blade Runner 2049



Tres aberraciones en  Blade Runner 2049

aberración
1. f. Grave error del entendimiento.
2. f. Acto o conducta depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito.
3. f. Astron. Desvío aparente de la posición de los astros, debido a la combinación de la velocidad de la luz con la de los movimientos de la Tierra.
4. f. Biol. Anomalía morfológica o fisiológica extremas.
5. f. Ópt. Imperfección de un sistema óptico que produce una imagen defectuosa.
Real Academia Española, consulta en línea.


Vi esta película tres veces. Y cada vez que la vi me resultaba mucho peor que la vez anterior. Cada vez le encontraba más y más aberraciones.  

He visto la original y sus versiones, decenas de veces. Y cada vez que la veo me emociona igual o quizá más que la primera vez; y le encuentro más y más aspectos virtuosos, artísticos, semánticos, estéticos, etcétera.  

Después de reflexionar mucho al respecto estas son mis convicciones acerca de los problemas de Blade Runner 2049.
1)      Tiene una CONTINUIDAD FORZADA, y por lo tanto llega a soluciones ridículas, sacadas de la manga;
2)      ni siquiera se plantea seriamente el problema de los ROLES DE GÉNERO, lo que deriva en metáforas extremadamente siniestras para para este mundo, triste reflejo de la actualidad feminicida y misógina;
3)      y finalmente su ESTETICISMO superficial, preñada de esa estética del vacío contemporánea.
Tres aberraciones nefastas, que me llevan a considerar esta secuela un error cinematográfico histórico, perfecta y deseablemente olvidable. Aquí mis razones.
    
CONTINUIDAD FORZADA. En los años ochenta las películas se producían para ser unitarias. O sea productos únicos. Eventualmente el éxito de una película hacía creer a los productores de la idoneidad de hacer una secuela. Por mala que fuese la secuela ganaría dinero, solo de llevar a la misma gente que vio la anterior a la sala de cine. Por ejemplo “El Karate Kid” de John G. Avildsen, que es una película aceptable, tiene una segunda parte chafísima (aunque creo que fue éxito de taquilla también), por una continuidad totalmente forzada, con ideas y soluciones sacadas de la manga y pegadas a fuerza, en una trama inverosímil y ridícula. Y no se diga la secuela de 2001: Odisea del Espacio, 2010: El año que hicimos contacto de Peter Hyams…  XDXDXD me da pena solo de acordarme.



De hecho las secuelas eran tan malas comúnmente, que por eso se acuño la frase segundas parte nunca fueron buenas que ya es de uso popular. Hay honrosas excepciones por supuesto, algunas películas si soportaban una o dos secuelas o más.
Es evidente que “Blade Runner” (1982) no es de este tipo. Hay cierto diseño unitario que no engancha con facilidad en una continuidad seriada, aun siendo muy cuidadosos con esa continuidad. De esta manera se crea una continuidad forzada, metida a calzador, y siempre con problemas, con soluciones sacadas de la manga, y decisiones arbitrarias.  
Por ejemplo: en “Blade Runner” (1982) los replicantes están buscando a Tyrrel para que les extienda su límite de vida. Tyrrel les explica claramente porque no puede hacerlo científicamente. Es decir, es un problema de regeneración celular y el periodo de vida que tienen es el periodo máximo que científicamente pueden tener antes de presentar degeneración celular. Y luego los conmina a disfrutar al máximo la breve vida que les queda. 

SPOILER ALERT: A PARTIR DE AQUÍ SE COMENTARÁN DETALLES DE LA PELÍCULA

En “2049” casi simultáneamente, los replicantes ya pueden vivir largas vidas sin límite de tiempo. Así terminan, con un plumazo de guion, con los elevados deseos de longevidad y vida de los replicantes originales, y toda su poética, la metáfora del hombre frente a Dios; la expulsión del paraíso y el castigo de la mortalidad. Obvio no se nos explica cómo se puede pasar de un replicante con periodos de vida de 4 años a un replicante con periodos de vida ilimitados.
Simultáneamente Rachael, el bello personaje de Sean Young, que no es más que otro replicante (uno experimental, a quién por primera vez le injertan recuerdos para que se crea humana), y que como tal, solo vivirá sus 4 años de rigor (y es tremendamente inquietante saber que Deckard está prendado de un ser tan frágil, con una caducidad tan limitada); ahora en “2049” resulta que fue provista de matriz, óvulos y seguramente de periodo menstrual (¡Chale!) y que fue embarazada por Deckard, y que dio a luz a un bebe. Pero el colmo de esta situación, es que pesé a ser todo, teóricamente, científico y tecnológico, y los propios replicantes creaciones tecnológicas, productos humanos,  le llaman a la bebé de Rachael “un milagro”.
Francamente no sé qué pensar de robots que creen en milagros: debe haber un error de programación muy grave, quizá los creo Trump. Quizá es más fácil que los replicantes crean en Adán y Eva y en la tierra plana; y descrean de Darwin y Galileo. Robots posverdaderos, ya plenamente afiliados a la estupidez humana.  
El hecho de que una replicante, que en la película anterior apenas podía vivir 4 años, haya sido provista de un sistema reproductivo humano, se haya embarazado, y haya dado a luz a un bebé, me parece una solución churro del nivel de las pirañas voladoras de Piraña 2 o de la lluvia de tiburones de Sharknado. Perdón.



Otra cuestión muy desafortunada de esta continuidad forzada, es que terminaron con el interesante juego de ambigüedad sobre la identidad de Deckard, cuya magia estaba en tener la duda de si era un policía de Los Ángeles o un replicante, y en esa duda había mucho arte, muchas posibilidades, mucha sugestión.  

ROLES DE GÉNERO MEDIEVALES. Blade Runner 2049 integra una visión increíblemente misógina y machista del mundo para ser futurista. Visión que no tenía la versión anterior pese a ser de los años ochenta. Y por lo tanto la nueva película tiene una visión regresiva que nos devuelve al mundo antes del reconocimiento de la ciudadanía de la mujer, del estatus de la mujer como persona. Parece escrita y dirigida por el famoso club de Toby de La Pequeña Lulu de los años cuarenta, un mundo en el que se justificaba, como en las cantinas mexicanas, que hubiera espacios exclusivamente masculinos o sea NO CONTAMINADOS POR MUJERES. Y en ese entonces, en aquella visión del mundo normal solo existían mujercitas y hombrecitos (XY). Cualquier otra identidad de género era completamente anormal.

  
Afortunadamente eso ya cambió actualmente, en 2017. El nuestro es un mundo que busca establecer socialmente valores como la inclusión, la tolerancia, y por supuesto, el respeto a los diferentes roles de género que existen, el famoso LGTBTTTI. Así nuestro propio mundo resulta demasiado vanguardista para el futuro porque todo eso no ha ocurrido todavía en 2049, que es básicamente XY.
Entre los servicios que ofrece Wallace (el nuevo Tyrrel), se haya una especie de sistema operativo (fusil de Her (2014) de Spike Jonze) que integra una visualización holográfica encarnada por una lolita cubana de nombre “Joi” (Ana de Armas). 


Porque el replicante K[1].,  es todo un hombrecito. “Joi” de hecho simula ser un ama de casa modelo, de los años cuarenta. Tiene la cena lista, y atiende a su hombre como se merece, después del duro trabajo. No sale nunca de casa, como sistema operativo no lo puede hacer. Pero como ocurría en los años cuarenta, sale de casa solo con el permiso y autorización del marido, que compra un bonito artefacto para tal fin. 
Es una esposa de bolsillo, literalmente. Un futurismo delicioso si eres un macho. La esposa de bolsillo no se les ocurrió ni siquiera a los portentosos creativos del cine de ficheras mexicano, el género cinematográfico más machista de la historia del cine.


  
Volviendo al mundo de la película, no vemos que haya un producto como Joi, o sea un sistema operativo, masculino, igual o parecido para mujeres o para gays. Obvio en este mundo las mujeres están en la cocina, y por cierto no hay gays. Ni uno. No sé, quizá yo estoy mal… pero hasta en “La Bella y la Bestia” (2017) de Disney hay gays. Así la película de Disney si parece suceder en 2049, mientras que Blader Runner secuela, parece ocurrir en 1049. Para los árabes y los iraníes debe ser como un mundo perfecto. 

Volviendo al mundo de la película, en 2049 irse de putas, usar muñecas inflables y ejercer la sexualidad, es cosa de hombres. Es casi como en cualquier episodio de “Mad Men”. En el universo de la película prevalece el modelo de la mujer como pareja personal, escort, objeto sexual. Parece diseñada por Harvey Weinstein.

¿Acaso K., no pudiera tener un modelo masculino en casa, un esposo? ¿Lo que lo haría necesariamente un replicante gay? ¿O podría tener un modelo neutral, andrógino o asexuado? ¿Por qué una empresa de robots de servicio, haría replicantes policías con rol de género y con impulsos sexuales? ¿Por qué K., tiene que ser un hombrecito heterosexual? ¿Acaso son policías que ofrecen servicios sexuales? De facto, todos los replicantes bien podrían ser bisexuales o mejor aún asexuales o quizá incluso polisexuales. Pero eso es mucho pedir. Sería pedir una versión cinematográfica que refleje los valores contemporáneos, que los discuta, que los rebata, que los polemice y que diga cosas al respecto, así como si se tratara de 2049. Y no, que reproduzca valores avinagrados. 

Cuando el gran dueño testicular de la empresa de robots crea un asistente personal ¿Qué creen? Es una mujer, de hecho una secretaria. La super secretaria modelo Luv (Sylvia Hoeks): un ser siniestro, sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa por lograr sus objetivos; metáfora de cualquier mujer que sea alta ejecutiva en una empresa importante. El jefe por supuesto es hombre ya que la plena libertad solo es un asunto de hombres. La secretaría perfecta, por diseño, cumple el estereotipo machista de la buena mujer: guapa o atractiva, bien arreglada, atenta, servicial, obediente, dispuesta. 



Y si Wallace hiciera trabajadores domésticos replicantes, seguramente serían mujeres también, y con rasgos étnicos, y quizá hasta hablarían español, en un guiño de realismo muy apreciable.          

Y claro, dos mujeres juntas ni difuntas. Cuando se enfrentan dos liderazgos femeninos es sólo para destruirse. Tal es la suerte de la Capitana de Policía (Robin Wright), el burdo arquetipo de mamá sustituta de K., al enfrentarse a Luv, en una de las escenas más ilógicas y tontas de la película, bueno enfrentarse es un decir. La capitana de policía a sabiendas de que Luv mató a su forense, no llama a un guardia de seguridad o a un cuerpo policíaco a presentarse a la oficina, no toma un arma, no se aleja tanto como puede de la peligrosa replicante, nada de eso. De hecho, se sirve con toda calma un vaso de whiskey (¿?) y se pone a distancia óptima para morir. Y cuando ésta a punto de ser asesinada ni se defiende, ni patalea, araña, muerde o empuja, ni grita, ni nada. Imagino que la indicación del director debe haber sido algo así: “ahora en lugar de representar a un ser humano, astuto, líder, como debiera ser un policía con rango, y con deseos de vivir como cualquier otro ser humano… no, olvida eso. Ahora eres un punching bag inanimado.” Y así tal cual.



Y por supuesto la feroz ejecutiva Luv, también aplasta como cucaracha, literalmente, a “Joi” el sistema operativo de K., la esposa de bolsillo. Ya saben cómo es la competitividad entre mujeres. Y despacha sin ningún escrúpulo al otro mundo al clon de Rachael.  

Pero quizá el peor gusto de este machismo exacerbado radique en las gigantas. Un sensual holograma gigante de Joi trata de seducir a un joven K., inerme. El fetiche femenino como un objeto de placer magnificado, inmenso, casi arquitectónico o urbano. Una puta inmensa, que se ofrece a cualquier transeúnte y que deviene de la esposa de bolsillo



Pero eso no es todo. En la zona de Las Vegas, afectada por la radiación post apocalíptica un conjunto de estatuas gigantes de mujeres fetichizadas,  pero en ruinas, son la ambientación…  


Y por más que trato de encontrarle sentido a esto, me parece más y más aberrante e innecesario.

La película que viene a mi mente, en la que aparecen mujeres (o maniquíes de mujeres) como ambientación, es precisamente La Naranja Mecánica (1971). Las mesas del bar en las que nos presentan a los drogos, son mujeres en posiciones sexuales sicalípticas y obscenas: escena de impresionante agresividad, violencia visual, misoginia y machismo aberrante. Y porque así son los personajes y su mundo en la genial película de Kubrick. Qué es por supuesto una denuncia social punzante, una sátira deliciosa de la realidad y es perfectamente congruente con la trama.

Pero en la fábula de 2049 que significan esas mujeres gigantes destruidas, arruinadas. ¿Son acaso emblemas feminicidas? Eso parece. Hay una metáfora siniestra en el asesinato de Luv,  que al final es la perfecta puesta en escena de un feroz feminicidio. En un punto de la historia Luv se declara la mejor (Luv de hecho es la encarnación de una feminazi[2], o sea la perspectiva machista de una mujer a la que se teme, y que debe sojuzgarse), es decir se declara mejor que K., pero a continuación perece estrangulada a manos de K. ¿Un castigo a su soberbia o a su insolencia?

Gran metáfora social. Nazimachista: el feminicidio se justifica si la mujer es una perra.

Bueno, pues a Luv la ponen en su lugar. Y desgraciadamente no es el único feminicidio metafórico de la película. Hay otro mucho peor. Wallace crea una replicante mujer, al parecer con la única finalidad de asesinarla con un navajazo en la matriz. Escena gratuita sin justificación dramática o narrativa. Pero si cargada de simbolismo. En 2049, si las mujeres no pueden procrear no sirven. Mujeres (replicantes) que no pueden procrear, mujeres (replicantes) inútiles. Sombrías metáforas. Siempre el futurismo refleja nuestro mundo como un espejo.



Tintes medievales, esoterismo, mesianismo, en una película de fantasía científica, con robots creyentes. Y claro, la película tiene de hecho su princesa, su damisela inmaculada, su propia virgen, o sea la mejor mujer (según los tics machistas), atrapada en la torre de cristal, solo falta ver a Ryan Gosling aterrizando en un corcel blanco.

Y los hombres siempre ganan, son los héroes de la historia.

Deckard que en la película anterior era un cualquiera, un pobre diablo, que como al capitán Benjamin L. Willard de Apocalipsis Now (1979) simplemente le tocó la ejecución de un trabajo de mierda, no por ser muy especiales, sino precisamente por todo lo contrario, por ser escoria, por estar en la parte baja de la pirámide, por ser prescindibles.

En 2049 Deckard es un SEÑOR PADRE, y no cualquier PADRE, es PADRE de la Elegida, de la MESIAS, la nacida de una replicante, es pues el Rey, el papá de la princesa encerrada en su torre de cristal. Así que en 2049, ya no es un policía cualquiera. Tiene mucha importancia y así dan al traste con lo que fue un gran personaje.     

Cabe señalar que en esta película los hombres no son como las mujeres que se destruyen ferozmente y sin piedad. Al contrario, después de una buena golpiza entre ellos, se van a beber a la cantina. Buenos muchachos, que siguen siendo en 2049 los amos del mundo.

ESTETICISMO VACIO. Casi todos los comentarios positivos sobre Blade Runner: 2049 tienen que ver con “la belleza deslumbrante de sus imágenes” y con el “extraordinario trabajo de fotografía de Roger Deakins” para quién ya se reclama la entrega de un Óscar por este trabajo de fotografía, aunque lo ha merecido por innumerable cantidad de películas anteriores. Es un trabajo lucidor, pero… ¿Cuál es el discurso que apoya y que al mismo tiempo justifica este trabajo de fotografía?

De hecho dice un viejo canon cinematográfico, obviamente no escrito en ningún lado, ni esculpido en piedra, que la mejor fotografía es la que no se nota. Según este canon el espectador debe salir de la sala diciendo “Que buena película” y no “Que buena fotografía”. Ahora bien, de ninguna manera una fotografía esteticista ésta peleada con una buena película, siempre y cuando ese esteticismo tenga algún asidero conceptual, discursivo. De otra manera es... oropel. 

En la original Blade Runner de 1982, había un palimsesto estético, por un lado el film noir en una fotografía permanentemente nocturna y crepuscular, justificada por el contexto que aportaba la novela, de un planeta Tierra que como Venus, vive una inversión térmica permanente, razón por lo cual ya no hay rayos del sol. Es un mundo de noche permanente y por lo tanto, donde todas las luces son artificiales. Cuando en las oficinas de Tyrrel, se simula un atardecer, se trata de un atardecer artificial, que Tyrrel puede tener porque es rico, así como tiene una lechuza eléctrica. Los pobres, el resto de la humanidad jamás verá el sol nuevamente, ni un animal, aún sea artificial. La magnífica iluminación de Jordan Cronenweth, diseñada totalmente con luces laterales (como la fotografía de Greg Tolland en Citizen Kane aunque a color), resulto perfecta para crear atmósferas asfixiantes, y totalmente urbanas (una permanente noche urbana, lo que crea una maravillosa atemporalidad) con gran variedad de tipos de luz, y además pródiga en luces en movimiento. No creo ser el único espectador que vivió una experiencia estética profunda con los primeros planos de la película, con las tomas aéreas de la ciudad iluminada, con sus fábricas de grandes llamas que escapan hacía el cielo. 


Un subyugante principio. Y que decir de los neones urbanos en el famoso asesinato de Zhora (Joanna Cassidy). La iluminación está entramada, es congruente con la narrativa, con la historia y con la estética noir.   



Pues en Blade Runner 2049, salió el sol. Quizá sea un toque optimista sobre el futuro de la humanidad en la tierra. En todo caso es un nuevo tipo de noir blanqueado. Es la estética del snow white noir. Aunque esta nublado, relativamente nublado, en muchas escenas exteriores día, la luz es cenital, y proviene de la atmósfera, o sea del sol. Es un trabajo de iluminación bastante convencional. Se pregunta uno, o más bien me pregunto yo, si no vieron la película anterior, y si no leyeron la novela.

No lo creo. No creo que no hayan leído la novela, y que no hayan visto y analizado la película anterior. Más bien les valió m… muy poco. Pero definitivamente la Tierra de la película original de 1982, no es la misma que la de 2049. Quizá se trata de una película del multiverso de DC Comics, y esta historia esté situada en Tierra B. O en Tierra Ch. De Chafa.

Es una bonita teoría.

Los momentos de iluminación más interesantes están en las raras oficinas de Wallace, y es una forma de remarcar, subrayar, reforzar, la maldad del malvado empresario, es el lado oscuro representado en luces. De hecho es un uso totalmente melodramático de la luz (no quise decir telenovelero, pero bueno… ya lo dije). Ryan, interpretado por K., siempre tiene la bonita y pálida luz difusa del bien y la bondad. En la escena final, con nieve, solo falta el tierno muñeco de Frozen, el arbolito de navidad y la música navideña, para subrayar el ñoñisimo encuentro familiar. Jingle Bells era mucho más apropiado en ese momento que la brevísima y única cita musical de Vangelis. 


Y cuando Harrison Ford le pregunta a K., “¿Qué soy para ti?” K., tenía que haber contestado “¡¡¡Gepetto!!!” Con abrazo efusivo incluido. Ya que al parecer K., sueña con ser un niño de verdad. Quizá en la secuela de la secuela aparezca el hada azul.  
 
Pues bien:  ¿Cuál es el discurso de la película que la fotografía refuerza? ¿Hombres malvados y replicantes buenos? ¿Hay un solo Dios para hombres y replicantes? ¿Hombres y replicantes tienen alma y sentimientos? ¿Replicantes del mundo uníos? ¿Un replicante puede transformarse en un niño de verdad? Respuesta: Ninguna y todas. La película divaga. Esta mal escrita. Es una ofrenda a la imitación estilística más superficial. Es una piel sin cuerpo, una réplica deforme. Una aberración. Y lo fotografía entonces divaga con la película.

Es estética del vacío como la caracteriza Eugenio Garbuno Aviña, técnicamente virtuosa pero carente de discurso, post arte, o estética de la irrelevancia como la define para el cine Josep M. Catalá, o la vanguardia hiperconformista como la define el maestro Carlos Mendoza. Todo esto quiere decir simple y llanamente que no hay discurso, no hay contenido, y como no tienen nada que decir, se pliega a los prejuicios hiperconservadores de sus creadores, y tratan de compensar el discurso vacío con recursos técnicos efectistas y vistosos. Y es de hecho, como he tratado de demostrar, o al menos de mostrar, una representación involuntaria de lo peor de nuestra sociedad contemporánea: postverdadera, insanamente misógina, religiosamente fake.

La imitación de la original es completamente superficial; es puro oropel. El ritmo no viene propiamente de la historia sino que está impuesto, y por lo tanto ésta vacío, carece de significado (el ritmo también significa); un trabajo de fotografía que se concentró en ser tan deslumbrante, como en la película anterior, en vez de partir de las necesidades de la historia y que por lo tanto traiciona a la historia; y al final, todo este cuidado en los detalles superficiales sirve para nada. Ni siquiera es atractiva para el gran público y la gran taquilla.

Como bien señaló el maestro Leonardo García Tsao en su reseña del 14 de octubre de 2017 en La Jornada (puede leer la nota aquí: http://www.jornada.unam.mx/2017/10/14/espectaculos/a08a1esp), lo mejor que le puede pasar a esta película es perderse y olvidarse para siempre en la historia del cine, como una lágrima entre la lluvia.  

Luis F. Gallardo León
16 de Octubre de 2017


[1] Guiño a Kafka, aunque desafortunado, lo único kafkiano relacionado con la película es el cerebro de Ridley Scott.

2 comentarios:

  1. El único detalle que es incorrecto es que Rachell era una simple replicante, al final de la película se escucha la voz de Harrison Ford diciendo que era una replicante con vida "ilimitada"pues había sido un "experimento especial", de hecho dice que por eso su compañero (el del origami) ni la mata, pues pensaba que sólo estaría con Deckard 4 años.
    Fuera de ésta nota (larga), concuerdo con el análisis de la película; mucho que decir todavía pero la verdad me pareció una peli larga y sin ritmo, traicionó la escencia de la 1ra....

    @memoriasdemarzo

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  2. El guión no va para ningún lado, comienza situaciones que no cierra. Jared Letto me parece un personaje súper tibio igual que la Capitana de Policía aunque pudieron haber sido rompemadres. También presentan un ejército listo para pelear y morir por la causa, no pasa nada. Matan a la
    Cuando dicen que hubo un "milagro" me pregunto si estamos viendo una película de ciencia ficción o una fantasía porque la ciencia ficción justo se apoya en las explicaciones científicas y lógicas de alguna teoría que se tenga. Justo no explican nada de cómo evolucionaron los replicantes.
    Sí, visualmente me parece deslumbrante pero entonces es una buena fotografía y no una buena peli.
    Me parece muy conformista el decir que es una obra maestra de la ciencia ficción de los últimos tiempos. ¿En dónde ha quedado nuestro sentido crítico? ¿Ésta es la menos peor?
    Me dio mucha risa lo del periodo menstrual jaja sí, chale!

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