viernes, 7 de agosto de 2009

LA DOCENCIA CINEMATOGRÁFICA COMO OFICIO


Los estudios de cine empezaron como todas las demás disciplinas del mundo, es decir, sin maestros y por supuesto, sin estudiantes. Esto quiere decir que las disciplinas “antes de ser sanitizadas” por las escuelas o academias de “cualquier cosa de interés humano”, fueron practicadas de forma primaria, elemental, luego artesanal y finalmente con técnicas muy especializadas y depuradas, y la forma de aprender estas actividades prácticas era elaborándolas o ayudando a elaborarlas. Esto es nuestro “maistro” autóctono, dicho esto en el mejor sentido (en el sentido del que tiene gran experiencia práctica, y discípulos o ayudantes, de “cuasi-esclavos” que realizan todo el trabajo pesado que el “maistro” ya no quiere hacer). Así fue la educación por milenios hasta que un grupo de genios de la mercadotecnia y la propaganda inventaron las academias (los monjes de la “edad media”, o la teocracia egipcia, o azteca… en fin siempre fueron los religiosos).

Iniciar los estudios de cualquier materia enfrenta dos problemas fundamentales, en primer lugar aclarar “¿qué es lo que se va a enseñar?” y en segundo lugar “que maestros pueden enseñarlo”. Estos no son problemas sencillos, de hecho las escuelas de cine no lo han resuelto del todo, aunque han dado una solución muy práctica.

Las escuelas de cine en México, están enfocadas a ser escuelas de “producción de cine”, por lo que otro tipo de temas cinematográficos son complementarios, o de simple cultura general cinéfila y por lo tanto poco especializados, (por ejemplo el extraordinario campo del análisis cinematográfico). El hecho de que la orientación principal de las escuelas sea la producción determina muchas cosas, en primer lugar, que los estudiantes tienen que graduarse por su competencia en la “producción de películas”, y hablo de “producción” en un sentido muy amplio, no restrictivo de un campo del cine, sino más bien de lo que fundamenta la existencia misma del cine, “la película”, misma que si no se “produce” pues no “existe”. Y para que una película se “produzca”, para que exista, requiere del oficio práctico de un montón de disciplinas muy variadas, por lo que podemos afirmar que el cine es una materia multidisciplinaria e interdisciplinaria al mismo tiempo, y que para aprender a “producir cine” necesitamos comprender muchas de estas materias. Aquella que las unifica a todas en una “unidad de sentido”, dándole a la película “un sentido de unidad”, una isotopía en términos greimanianos, es la “dirección” o “realización”… aunque hay quien piensa que ya todo estaba en el guión… en fin. Eso no importa mayor cosa. Ni el guión, ni la dirección, se ven reflejados en la película… se que esto que estoy diciendo resulta polémico pero es la verdad, en realidad en la película se refleja el trabajo de un conjunto enorme de gente muy variada, algunos verdaderos artistas de su disciplina (músicos, actores, escenógrafos, fotógrafos), y ese todo colectivo si se ve reflejado… no así las palabras de un guión, ni tampoco la voz de acción de un director, eso forma parte del proceso, no ya de la ilusión fantasmagórica que nos abstrae un par de horas en los salones oscuros llamados “cines”. Y a eso debe llegar un estudiante de las escuelas mexicanas, a la “producción de una película”. Dejaré de momento la crítica a este objetivo parco y limitante de nuestras prestigiadas escuelas, de momento me interesa dejarlo definido como el objetivo principal de sus aulas, más bien talleres al estilo de la educación arquitectónica más pragmática.

Pues bien, viene el segundo problema, esto es: los docentes. Como muchas ramas del conocimiento, los docentes de cine, eran por lo común gentes de cine, gentes que hacían cine. Esto podría parecer lo más lógico y lo mejor, pero no es así. Sabemos que hay personas excelentes como artistas o técnicos (ambos son igualmente importantes) de su disciplina, esto no significa que serán buenos maestros. Los hay por supuesto, esto es lo mejor de lo mejor, pero los que trabajan en el cine, sobre todo si son muy buenos, por lo general no van a tener ni tiempo, ni interés en la docencia. Y los que si lo llegan a tener, no tienen tampoco la posibilidad de dar un cien por ciento en el aula, muchos de ellos, al no dedicar ni un minuto de tiempo a “preparar una clase” llegarán a platicar un rosario de anécdotas, que pueden ser muy interesantes y muy divertidas pero que dejan poco beneficio a los alumnos, recuerdo en ese sentido la paradoja del buen consejo : “Sólo puedo darte un buen consejo, uno que a mi me ha servido y me ha guiado toda la vida: jamás hagas caso de un consejo”.

El problema grave que enfrentan todas las disciplinas en estado de lactancia, y luego de niñez, es este trabuco que representa el profesional como maestro mediocre o malo, y no por falta de competencia en la disciplina, sino por falta de competencia en algo para lo cual nunca estudio porque —ay señor Perogrullo— esa disciplina cuando él la aprendió, no se enseñaba en las academias —ya que no existían, jaja— y nos referimos a esa disciplina llamada didáctica, y además no solo didáctica en términos generales, sino didáctica de la disciplina que se pretende estudiar junto con los alumnos, porque “el maestro es el mejor estudiante de su clase”. No existe todavía, aún el día de hoy, ningún texto, investigación, tesis profesional, testimonio, que fundamente una didáctica de la comunicación audiovisual (y por lo tanto una pedagogía implícita), en otras palabras, no se ha estudiado el tema de la docencia audiovisual profesionalmente, todavía.

EXPERIENCIAS DE MI DIDÁCTICA AUDIOVISUAL

Al dar clases de cine, lo primero que descubrí es que el campo de la didáctica de la comunicación audiovisual es verdaderamente apasionante. La parte más positiva, la que me ha motivado a continuar con este oficio desde hace más de siete años, radica en el tren vertiginoso de aprendizaje y superación permanente al que estoy expuesto, al dar clase a un grupo dado. Es un campo de inestabilidad permanente, donde uno debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a situaciones de grupo radicalmente diferentes, de ser lo suficientemente autocrítico para evaluar correctamente la calidad de los ejercicios con relación a la calidad del aprendizaje de los alumnos, esta inestabilidad permanente vuelve las clases verdaderas prácticas de guerra, juegos de entrenamiento, donde uno debe tener la capacidad de resolver problemas, para obtener al final el logro de un objetivo, eminentemente académico.

Aquí voy a meter mi cuchara en tornó a lo que yo considero el verdadero valor de la formación académica. La meta de la educación, en mi opinión, es la formación integral de individuos o personas, en otras palabras, de hombres libres con capacidad intelectual suficiente para plantearse problemas (de todo tipo, sociales, personales, profesionales), plantearse soluciones, y buscar estas soluciones para al final resolver alguno de los problemas planteados para plantearse nuevos problemas. En otras palabras, la formación no se limita al aprendizaje de conocimientos, sino más bien a la búsqueda permanente de esos conocimientos, al descubrimiento de su necesidad, a la responsabilidad inmanente de su búsqueda, a su extracción, a su digestión y aprovechamiento productivo. Desde ésta óptica erra quién considera que la solución de un examen, evalúa el aprovechamiento o el conocimiento de un alumno en un aula.

Para mí, un examen es un excelente ejercicio didáctico, no un método eficaz de evaluación. Considero otros valores en mis propias evaluaciones, la responsabilidad, el compromiso, la cantidad y calidad del trabajo, el desempeño, y la capacidad de plantear problemas, plantear soluciones tentativas, buscarlas, encontrar alguna, explorarla, usarla, y exponerla. Si un alumno está en desacuerdo conmigo establezco con él un debate, lo obligo a seguir explorando su posición para refutarme por medios más sólidos, por exposición de ejemplos, por investigación seria: es decir, extensa y exhaustiva, válida y confiable.

Cuando a un alumno se le plantean problemas interesantes, cuando se le obliga a cuestionarse o a cuestionarnos, el alumno reacciona positivamente, si es de calidad y vocación académica. Es importante romper las inercias de una pésima educación básica y media superior, en donde el alumno era más bien un receptáculo pasivo de conocimiento desvinculado con su realidad in extenso. Hacerlo partícipe del proceso de enseñanza aprendizaje, es considerado hoy día como la vanguardia en educación, el llamado aprendizaje significativo (hay varias teorías de este mismo concepto), derivado de teorías constructivistas (también diversas); no obstante tras una breve revisión histórica uno descubre que en realidad estos son los métodos educativos más antiguos, estamos dando una vuelta al primitivismo; allí donde los aprendices aprendían el oficio practicándolo y este aprendizaje era significativo porque se transformaba en su modus vivendi, lo determinaba frente al mundo, estamos hablando del campesino que enseña el oficio a sus hijos, del herrero, del zapatero, del tornero, de los pintores renacentistas, de infinidad de artesanos y en fin, de una transmisión del conocimiento (teórico implícito y práctico explícito), transparente, directa, significativa, útil y valiosa.

Cuando se inventó el bachiller y ese concepto vago, y quizá idiota, de la cultura general, el conocimiento comenzó a volverse poco significativo, ahí están como ejemplo todas aquellas comedias de Moliére, de los médicos que sabían bastantes latinajos, y bastante poco de medicina. La cultura general sirve mucho para ganar concursos de televisión, para las olimpiadas del conocimiento, para presumir a los hijos, para que reciten las capitales del mundo, para que hagan multiplicaciones mentales de forma impresionante; en la feria del saber, los changos no solo saben saltar sino contar. En el siglo XXI queremos regresar a ese punto en donde el alumno deseaba aprender porque en ello se jugaba su vida. ¡Hacer que el alumno cobre conciencia de la importancia de ciertos conocimientos o prácticas para su vida cotidiana! ¡Ese es hoy día un gran reto! Esta habituado a pensar que todo lo que aprende en la escuela carece de utilidad.

TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN PARA CINE

Una de las materias que han implicado para mi el mayor reto en el ámbito docente, ha sido la de “Técnicas de investigación”, sobre todo impartida a aspirantes a cineastas, que piensan que su profesión consiste en narrar historias a través de una cámara, sólo eso.

Pues bien, ese ha sido el reto, que el aprendizaje de las técnicas de investigación les sea significativo, esto quiere decir, hacerles notar que esta materia les va a ser de utilidad, en su vida profesional. Por esta razón también he buscado vincular la materia con las metas y objetivos que tienen en su ámbito académico. En el primer semestre en el que la materia se imparte, los alumnos realizan como ejercicio final, una fotosecuencia. Por lo tanto la materia se vincula a su quehacer en clase y se hace énfasis en la utilidad de la materia para su desarrollo profesional.

Traigo dos ejemplos de ejercicios que realizan los alumnos en el marco de mi clase. Estos ejercicios están vinculados con el plan de estudios y principalmente con el plan de clase, en este caso con el tema de “El método experimental”.

Este es el ejercicio llamado “El reto”, cuyas reglas pueden leer a continuación.

Redacción de las reglas del ejercicio que se les entrega a los alumnos:

1.- Se presentará a los alumnos el cortometraje “El hombre de la cabeza de goma” de George Méliès. Los alumnos serán divididos en dos equipos de producción que competirán entre si por la mejor solución al problema planteado.

2.- La primera parte del reto consiste en que cada equipo investigue como hizo George Méliès para realizar la película en 1901 con los recursos con los que disponía en ese momento.

Los problemas que presenta la película son los siguientes:
a) El mismo personaje (Méliès) que aparece como el inflador de la cabeza de goma representa la propia cabeza de goma.
b) ¿Cómo infla la cabeza de goma?
c) ¿Cómo logra que explote?

3.- La segunda parte del reto consiste en que los alumnos del CECC, realicen la película del “Hombre de la cabeza de goma” con los recursos propios con los que cuenta el CECC.

a) Para ello deberán plantear los problemas que deben resolver.
b) Hipótesis de cómo resolverlos.
c) Analizar la vulnerabilidad y factibilidad de resolver los problemas de la o las maneras propuestas.
d) Realizar la experimentación.

4.- Los alumnos dispondrán de una semana completa para preparar la preproducción. La producción deberá realizarse forzosamente el día asignado en calendario y programa escolar planteado por el profesor.

5.- El esquema de producción será semejante a los rallys que se realizan en varios festivales nacionales e internacionales, deberán producir y pos-producir el mismo día, y entregar antes de la 6 de la tarde.

6.- Se deberá redactar un reporte de investigación, este reporte estará redactado en los términos formales en los que se redacta todo trabajo de investigación. A) Introducción, justificación, problema de investigación, hipótesis de trabajo; B) Objetivos, Esquema de investigación; C) Descripción del procedimiento experimental; D) Conclusiones; E) Fuentes de investigación; F) Anexos (Making off, testimonios de los involucrados, debe integrar copia del ejercicio en CD o DVD según sea el caso). El reporte se entregará de manera diferida al ejercicio; esto significa que se entregará la siguiente clase y no el mismo día de producción y postproducción.

7.- El objetivo final no es el logró pleno de la imitación de la película sino los esfuerzos por alcanzar con la mejor calidad visual la misma ilusión cinematográfica. Se evaluará tanto el proceso como el objetivo final. Cada alumno además tendrá una evaluación independiente acorde a su eficiencia en la tarea asignada por el equipo.

Dos ejemplos de este ejercicio pueden verlos en las siguientes pantallas de You Tube. Para visualizar el primer ejercicio haga clic en la liga que dice "El reto Psicosis", ya que por queja del propietario de los derechos de la película no se puede incrustar.

El Reto "Psicosis" de Alfred Hitchcock







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Otro ejercicio que realizan los alumnos es la preparación de una carpeta de investigación, esta carpeta incluye un trabajo formal de investigación. Una vez que los alumnos han definido el tema, y la historia de su fotosecuencia, cada uno elige un tema de investigación relacionado con ésta.

Por ejemplo el caso de Alma, una destacada alumna, quién se planteó como tema de investigación a los Maniquiés en el cine de ficción. Como no encontró realmente ninguna bibliografía, ni material hemerográfico útil para su tema, se le pidió que entrevistara a un crítico de cine profesional, pueden escuchar esta interesante entrevista también en la siguiente liga de YOU TUBE.





Finalmente pueden revisar el ejercicio de Fotosecuencia de Alma, titulado “Marina”, es en mi opinión un buen trabajo, producto de su compromiso con la escuela y con su profesión, y quisiera pensar que también con mi materia, que creo que ayudo un poco a alcanzar este modesto resultado. A continuación “Marina”.





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Creo que estas experiencias didácticas son muy útiles y se vinculan con mis convicciones en torno al papel de la formación académica, realmente los alumnos no solo aprenden de forma significativa, también se enfrentan a problemas y a sus soluciones de una forma orgánica, vinculada con su vida escolar, y estos retos sirven para que en el futuro sean capaces de vencer otros. Si logré esto, se cumplió el objetivo.

Luis F. Gallardo

domingo, 26 de julio de 2009

Dios de la güeva (Güilson) de Falcón


Antología de caricaturas de Falcón, de su serie "Cascajo" (Que yo leí publicado en la sección dominical del diario oficialista "El Nacional", con una excelente sección cultural), que como la "Chora interminable" de Jis y Trino en el suplemento de "La Jornada", ofrecía una gama de personajes, caricaturas y situaciones hilarantes, en mi opinión el mejor "Güilson", así, sin acento en la "o" aguda, lo que es congruente porque a muchos mexicanos acentuar nos da güeva.
Esta antología apareció publicada con el nombre "Cascajo: con la bendición de Güilson, Dios de la güeva", editorial Cal y Arena, México D.F., 1994, con prólogo de Carlos Monsiváis. De ese prólogo extraigo el siguiente comentario sobre el genial personaje.

Falcón lo sabe: el sentido común le devuelve sus proporciones justas a seres y situaciones, aclara la salud mental que la risa trae consigo, le quita soportes a la lógica del auto-engaño. En el universo de Falcón el sentido común es la perspectiva clásica, la luz inesperada sobre las virtudes cuya fama es tal que hace perdonar su inexistencia.
Tomo el ejemplo más exitoso: el mito desparramado, Güilson, dios de la Güeva, la mole amarilla que se derrumba, incontenible, sobre los regazos y los hombros y los sofás y el piso. Güilson es el ataque de flojera que acongoja ante la inminencia o la presencia de lo cursi, lo repetitivo, lo pretencioso. Güilson es la táctica revanchista de quien ha sufrido los martirios de la somnolencia (la tortura de la vigilancia forzada) en las relaciones personales, las universidades, los círculos culturales, los diarios y revistas, las campañas de moralina, los sermones eclesiásticos y cívicos. Cada aparición de Güilson es parte de la Expedición Punitiva de Falcón, quien se desquita por la cuota inevitable que él o sus amigos o la sociedad, han pagado al soportar la inundación de programas televisivos, simposios, consultorios psiquiátricos, romances ígneos, tomas de conciencia.
Güilson, dios de la Güeva, es ya síntesis legendaria de la crítica que, a modo de protesta, duerme con placidez. Y del espacio satírico de Falcón el personaje se translada a nuestra percepción de lo circundante. Con frecuencia, oigo decir: "Y nos cayó Güilson" o "Esto es digno de Güilson". ¿Se concibe un mayor elogio para un apologista del sentido común?

Extracto del Prólogo de Carlos Monsiváis.

sábado, 31 de enero de 2009

Adolfo Castañón // Premio Xavier Villaurrutia 2009


Adolfo Castañón recibió el pasado 17 de enero el "Premio Xavier Villaurrutía". Adolfo es el líder del proyecto "Maestros detrás de las ideas", programa de biografías académicas e intelectuales de los profesores eméritos de la UNAM, que tengo el placer de escribir desde hace tres años. Y que ya cuenta con más de cincuenta programas en cuatro temporadas. Adolfo, que es además académico de la lengua, nos autorizó el año pasado a publicar fragmentos de un magnífico poema suyo "Recuerdos de Coyacán". Recibimos respuesta suya a nuestros comentarios, misma que también publicamos (Ver respuesta)

¡Felicidades Adolfo!

En la magnífica web "Artes e Historia de México" puede leerse una excelente reseña:

"Adolfo Castañón (ciudad de México, 1952) es el autor que recibirá el Premio Xavier Villaurrutia 2008. De acuerdo con el acta de dictaminación, los tres miembros del jurado decidieron de forma unánime darle este premio porque su libro Viaje a México. Ensayos, crónicas y retratos . Representa de forma cabal la práctica del ensayo literario y la crónica con una depurada prosa, y propicia la reflexión sobre ciertos autores y tópicos importantes en la cultura y la literatura de México." Leer completa

jueves, 29 de enero de 2009

POEMA: "terrestre" del poemario "Azulejos"


"Hoyo de Gusano" Diseñado por JAMF 2007/10/18

Del poemario inédito "Azulejos", Luis F. Gallardo. Estos poemas están protegidos por las leyes vigentes de Derechos de Autor. Se requiere permiso expreso de su autor para su publicación.

terrestre

Me arrastro a la sombra de los soles
al muro de luz atosigante
alzado por constructores celestiales

Me arrastró a la profundidad abisal,
subsuelo del más ínfimo rincón del universo:
bajo cementerios de humanidad

Poseedor de una figura limitada
soportada por barro, caolín y vitrales
Yazgo en tumba galáctica de esférica lápida.

De carnalidad insoportable, yazgo
en un fondo del que es imposible caer
ni seguir cayendo.

Desde mi pequeñez infinitesimal,
alzo los poros oculares para admirar
la cumbre dislocada del cielo
espejo de azules misteriosos.

Me sueño alado, Polifemo amado
elevo mi altura hasta el último confín de la galaxia
¡Me desbordo incendiado en fantasías!

Atravesando el universo cotidiano
entre cuerpos y soles conocidos
orbitando andenes y pasillos incendiados

¡Me desbordo más allá de los silencios estelares!

Soy cometa de sombra diluviana
que abraza con fulgores exquisitos
la borealidad del alma,
abarcando y abarcando ensueños
que son de polvo y vagan por el aire
con frangancias secretas

feliz de mi altura subtérranea gritó:
¡Soy lombriz de prodigiosa incandescencia!