miércoles, 13 de junio de 2018

Toni Kuhn hechicero de la imagen


Toni Kuhn, hechicero de la imagen

Luis Fernando Gallardo León
7 de Junio de 2018

Ayer, en la entrega número 60 de los arieles, se le rindió homenaje al director de fotografía Toni Kuhn. Pero ¿Quién es Toni Kuhn? Yo tampoco sé quién es, así que haga lo mismo que yo, vaya a Google. Pero… aunque no sepa quién es, si conozco sus trabajos de foto de hace tiempo.  



Hace muchos años, en 1997 aproximadamente vi en la sala de proyecciones del CUEC, que nosotros llamábamos la “Caballo Rojas” -creo que fue Fernando Eimbcke el que le dio ese nombre, saliendo de la sana tradición de sobrenombres de revolucionarios famosos, para los espacios universitarios- una película muy peculiar, llamada Crates. Un hombre de clase media alta, de nombre Crates, regala todas sus cosas y quema su casa, y se lanza a vivir a la calle, como Diógenes el Cínico. Obviamente Crates es un apócope de Sócrates (como dato curioso vale decir que Sócrates de Rosellini es del mismo año de Crates, de 1970), pero el personaje no es socrático, ni de cerca. Pero sí se trata de un juego de palabras inteligente, porque de hecho Platón le puso un sobrenombre a Diógenes, le decía “Sócrates Delirante”.



Y ese es Crates, que se vuelve una especie de asceta, que encuentra todo lo que necesita para vivir, en la basura, o sea en lo que desperdician los seres humanos y en la naturaleza. Al terminar la función supe que la película había sido dirigida por mi maestro Alfredo Joskowicz, que en ese momento también era director del CUEC.



Pero lo que llamó más poderosamente mi atención fue la fotografía. Una poderosa fotografía en blanco y negro. Tuve que preguntar de quién era la fotografía, pues no se leía bien en los créditos, por su diseño: Toni Kuhn, me contestaron. Pues vaya, que buen fotógrafo, pensé. ¿Y qué más ha hecho Toni Kuhn, pregunté? Y alguien con sorna me dijo: nada. Lo que es la mala leche. Toni se dedicó más al cine documental. Y en ese punto, no sabía yo que también había fotografiado Retorno a Aztlán (Juan Mora Cattlet, 1990), otra película que me encanta.


  
Porque “Crates” me encanta. Incluso hoy día conserva el encanto de la autenticidad. Es un relato honesto, de la forma en que Alfredo Joskowicz y Leobardo López Aretche, el actor principal, veían el mundo: es pues un discurso lírico. Un discurso surgido de las convicciones juveniles, una propuesta anticonsumista y contracultural. Una narrativa muy moderna, muy influida por la nueva ola francesa, y sobre todo por Godard, y las teorías de filmar la vida espontáneamente: en muchas escenas el actor es lanzado a las calles a interactuar con las personas, mientras la cámara escondida muestra estas interacciones. Gran cantidad de tomas documentales, donde el actor convive incluso con verdadera gente en situación de calle.  

Debo confesar que el planteamiento me hizo reír un poco. Esta llena de metáforas religiosas, y el basurero es retratado como si fuera el edén, una vuelta al paraíso original entre montañas de pete, papel del baño, y otros desperdicios, así como restos de comida, por supuesto. Para comer, basta con que Crates hurgue un poco entre la basura; equivalente a Adán que solo estira la mano para ser alimentado en Paraíso. Digamos que hay un grado de ingenuidad en el discurso que tiene su lado simpático. Por otro lado, es cierto que desperdiciamos comida en buen estado todo el tiempo, ese es un tema muy importante en la actualidad, y esta muy bien tocado en la animación de Vecinos invasores (2005, de Tim Johnson y Karey Kirkpatrick), donde se muestra lo cretinos que somos frente a la comida. 



Así que lejos de envejecer, estas ideas de Crates siguen siendo enormemente vigentes, e incluso cobran fuerza en la moderna sociedad de consumo. Sabemos qué en efecto, se puede vivir de la basura perfectamente, no solo una vida saludable, sino larga y hasta opulenta.  No es extraño entonces que la película este cobrando nueva fuerza.  

Desde hace un par de años he sido sorprendido por alumnos de cine, que la citan. Que la ponen en sus listas de películas favoritas. Me cuesta trabajo entender cómo ve un millennial Crates. Pero hay algo seguro, uno se enamora de la fotografía de Toni Kuhn.

El espectador común entiende poco, o ni siquiera se da cuenta, de como es influido o seducido por los hechizos de la fotografía. Y un fotógrafo que enamora, es un fotógrafo que hace amarres estéticos y te liga a una película de una vez y para siempre. Es un hechizo permanente. Y ese es Toni Kuhn, un gran hechicero de la fotografía. Más que merecido su Ariel de Oro.

ADENDA

Para mi sorpresa Crates esta en youtube, en la siguiente liga: https://www.youtube.com/watch?v=hTZVMtZps2o   



Que la película pueda verse en línea es una muestra más de su vigencia. La verdad jamás pensé que la volvería a ver. Pero la calidad de esta copia es muy mala. En primer lugar es obvio que está grabada con una cámara de video directamente de una proyección. Lo que se llamaba en su tiempo telecine. Con lo que pierde completamente contraste y valores visuales. Y además está subida a 240 p. Así la foto no luce. Y de verdad que es imponente la fotografía si ven la película como yo la vi, proyectada en cine.
Por eso deben ir a ver en la cineteca, en pantalla grande, Sueño en otro idioma, cuyo notable trabajo de fotografía también ganó ayer el Ariel, lo ganó su fotógrafo Tonatiuh Martínez, otro de esos hechiceros de la luz, y uno poderoso. Siempre que puedan vean las películas en el cine. Es una experiencia diferente y siempre mejor.   

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