Sin FECHA DE CADUCIDAD: perennidad del film noir
Hay una película mexicana en
cartelera —todavía— que vale realmente la pena. Se llama “Fecha de Caducidad”,
la Ópera Prima de Kenya Marqués http://fechadecaducidadpelicula.wordpress.com/.
Me sorprendió gratamente: el primer valor que le encuentro es que se trata de
una película mexicana entretenida. Que ya es decir mucho. La historia está muy bien tramada, y con una
realización impecable. Talentosa. La película narra tres historias trenzadas,
cada historia agrega un giro sorpresivo al panorama general de la historia que
la antecede y del conjunto. Es una obra compleja en el sentido narrativo. Pero
amena al espectador. Hay un trabajo concentrado y meticuloso en la puesta en
escena, y soberbias actuaciones de Damian Alcazar y de Marisol Centeno.
De izquierda a derecha: Marisol Centeno, Ana Ofelia Murguía, Kenya Marqués (directora), Damian Alcazar.
Para mi gusto Damian es el mejor
actor mexicano de nuestro medio cinematográfico. El papel que tiene es difícil
y lo trabaja con una sensibilidad extraordinaria. Me sorprendió mucho más el
trabajo de Marisol Centeno, que como sabemos viene de las telenovelas, es
aquella famosa niña de “Agujetas de color de rosa”. Bueno… tiene un papelazo. Y
para conocedores, ojo con la escena del beso… es un trabajo de gran
sensibilidad artística.
La revista Proceso la calificó
como una comedia macabra (http://www.proceso.com.mx/?p=351620).
Pero en realidad la película está cifrada en código de film noir. El cine negro posee
una capacidad seductora inusual. Ha aparecido en todas las patrias del mundo en
las que se filman película, sin medrar cultura, nacionalidad, época, etc.
Iniciando el siglo, el genial director coreano Chan-wook Park nos regaló esa
joya fílmica que conocemos en occidente como Oldboy. En 2006 una película negra ganó el
Oscar, se trata de Los infiltrados de Martín Scorsese, que indirectamente
fue un premio al original hongkongués Infernal
Affairs (“Asuntos infernales”) de Andew Lau y Alan Mark.
Es un género de vigencia
permanente, que atrapa el pensamiento y la vocación creativa de directores de
cine de todo el mundo. Al grado de que sería una labor imposible realizar un
catálogo de películas del género que incluya todas las nacionalidades y todas
las épocas.
El cine mexicano adora el género.
En él se manejó impecablemente uno de los grandes cineastas nacionales de todos
los tiempos, Roberto Gavaldón. Con los estupendos guiones ácidos, funestos,
pesimistas, misantrópicos, de José Revueltas. Ahí están esas joyas fílmicas
nacionales: “La otra”, “La noche avanza”, “En la palma de tu mano”, “La diosa
arrodillada”, etc. En ese género se cifra otra notable película nacional, la
mejor de Julio Bracho, “Distinto Amanecer”.
Esta fascinación por el cine
negro es en realidad una fascinación por las aberraciones humanas. El género
pone en vitrina lo peor del hombre[i].
El monstruo humano. Kenya Marques, con su ópera Prima, Fecha de Caducidad, acaba de añadir una pieza meritoria a este
catálogo imaginario. A esta babel titánica, de piezas negras. Y la introdujo en
la cinematografía nacional. La película todavía está en cartelera en las
oscuras y recónditas salas del CINEMEX REFORMA, y también en la CINETECA
NACIONAL.
Un último apunte. Me fascinan las
escenas en los andenes del metro. La mejor que yo he visto está en la estupenda
película “A shock to the system” de Jan Egleson, con Michael Caine, —otra que
va al catálogo del cine negro—, ahora
agregamos “Fecha de caducidad” en esta lista atemporal, sin fecha de caducidad.
Luis F. Gallardo
11 de Octubre 2013
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