Heli y la potencia sexual
Pues tuve la oportunidad de ver Heli de Amat Escalante. Otro Dramamex. Otra película de la cruda realidad nacional. Si tomamos el
conjunto de películas realizadas con las mismas premisas estéticas, podríamos
apreciar que esta es la estilística de los años 10. La estilística de la
desdramatización. Todo se ve en planos abiertos y a lo lejos. En objetivas.
Todo es frío. Podríamos meter en este costal todas las películas de Julian
Hernández, de Reygadas, de Michel Franco, la Miss Bala de Gerardo Naranjo, Los
últimos cristeros de Matias Meyer etc. Parece que las hacen con machote.
Pues así es todo en Heli. Lejano y poco importante. Pero a
diferencia de las otras películas es un monumento de idioteces que se pasan por
verdaderas, por la forma de la película, realista. Si no fuera por la estética,
la película no valdría medio boleto. Si hay mérito en pasar por bueno un guión
de quinta, Amat merece sobradamente la presea de Cannes.
¿Cuál es la gran trama
de Heli? Heli es el nombre propio del
protagonista, un muchacho recién casado que trabaja en una armadora automotriz.
Al principio de la película hace el amor con su esposa normalmente. Ojo, esto
es muy importante, al principio de la película Heli le cumple muy bien a
su mujer. Su hermana se involucra con un sardo que le roba unos paquetes de
cocaína a un narco. Quizá unos diez kilos. O sea, miles de pesos. El poderosísimo
narco oculta su mercancía en la cisterna de un predio abandonado, que cualquier
hijo de vecina puede saquear. Ajá. Luego el sardo oculta los paquetes en casa
de Heli. Heli descubre que los oculta y con gran indignación tira los diez
kilos de cocaína en un ojo de agua. ¿Qué mexicano —o individuo— en su sano
juicio haría eso? Cualquiera imaginaría que el propietario podría llegar por
ellos en cualquier momento. Y que si es mercancía tan valiosa, el propietario
no es un pobre diablo que pide las cosas por favor. ¡Chin, Sr. Narco, fíjese
que tiré la mercancía por coraje con el novio de mi hermana! ¡Usted entiende!
Ajá. En fin. Es completamente inverosímil. Por no decir idiota. O Heli es un idiota de peso completo.
Ocurre lo obvio. Heli y su hermana
son levantados. En México le llamamos
levantón a un secuestro de narcos. A Heli
le perdonan la vida —otro aspecto inverosímil— no sin antes darle una golpiza
brutal. Heli vuelve a su casa. A
partir de ese punto la trama se divide en dos. Su hermana continua
desaparecida, entonces el espectador espera a que aparezca. Los minutos pasan.
El otro conflicto es que Heli pierde
la potencia sexual. Es decir, queda impotente. Así como lo oyen. Es como trama
de cine de ficheras. Y sufre. Obvio.
¡Imagínese usted! ¡Y recién casado! Además de su mujer y su hermana aparece otro
personaje femenino, la MP que investiga su caso. Pues la MP se le ofrece descaradamente
a Heli. Debía estar muy urgida la
pobre, porque Heli no es precisamente
un adonis. Es… un fiambre. Pero el fideo no puede. No funciona. Aquí el
espectador sufre con Heli, lo del
narco es lo de menos, el pobre no puede coger. ¿Recuperará Heli su potencia sexual? Pasan los minutos.
Aparece su hermana, así
de repente. Bien peinada y bien arreglada, pero en shock traumático. Seguro los
narcos después de violarla brutalmente, la bañaron, la perfumaron, la peinaron,
le compraron ropa, y le dieron para el pasaje. La película no termina aquí, ya
que todavía no se resuelve el conflicto principal. Sí, exacto. Heli todavía no puede con aquellito. La
hermana, que ha perdido el habla, le hace un croquis del cuartel donde estaba
encerrada. Ella sabe el camino de memoria. Quizá los narcos le mostraron el
croquis. Heli en plan vengador visita
el cuartel, desarmado. Pero el único narco o sicario que se encuentra en el
cuartel huye despavorido cuando el famélico Heli,
—que debe pesar cincuenta kilos— irrumpe. Heli
le da alcance y lo mata a golpes o lo asfixia. Alguna de dos, porque la escena está tan lejos que quién sabe.
¿Cómo termina la película? Adivinaron, Heli
recargado le da una cogida de antología a su mujer. Y de eso trata Heli. Una película que narra cómo supera la impotencia sexual un
levantado por el narco. La venganza contra el narco como un afrodisiaco sexual.
Como todas estas películas que
hemos mencionado, tiene sus escenas aberrantes y escatológicas. Las escenas del tssss. Es parte del
género. Mientras torturan al novio de la hermana, lo desnudan, le llenan el
pene de gasolina y se lo incineran frente a cámara. Es una imagen pavorosa. Yo
preferiría no haberla visto de manera tan explícita. Es mórbido y morboso al
mismo tiempo. E innecesario, totalmente. “Huele a camarón quemado” dice uno de
los sicarios.
Y esto enviaron nuestros académicos al Oscar, un pene quemado. Qué pena.
Lo peor. Los Europeos premian
este cine autista. Antidramático. Estático. Inútil y falto por completo de
contenido. Porque este cine no dice nada de nada. Nada importante al menos. Pero
los entiendo, ver a un hombre vivo que grita horriblemente mientras su pene se
calcina, no se ve todos los días. Sólo en el dramamex. ¡Qué grueso! Sin albur.
P.D.
Mi buen amigo, Heriberto Mojica, disidente de mis opiniones, entrevistó a Amat Escalante para Variopinto. es interesante la entrevista.
http://www.revistavariopinto.com/nota.php?id=280#&panel1-1
P.D.
Mi buen amigo, Heriberto Mojica, disidente de mis opiniones, entrevistó a Amat Escalante para Variopinto. es interesante la entrevista.
http://www.revistavariopinto.com/nota.php?id=280#&panel1-1
Luis F. Gallardo
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