Tres aberraciones en Blade
Runner 2049
aberración
1. f. Grave error del entendimiento.
2. f. Acto o conducta depravados, perversos, o que
se apartan de lo aceptado como lícito.
3. f. Astron. Desvío aparente de la posición de los
astros, debido a la combinación de la velocidad de la luz con la de los
movimientos de la Tierra.
4. f. Biol. Anomalía morfológica o fisiológica
extremas.
5. f. Ópt. Imperfección de un sistema óptico que
produce una imagen defectuosa.
Real Academia Española, consulta
en línea.
Vi esta película tres veces. Y
cada vez que la vi me resultaba mucho peor que la vez anterior. Cada vez le
encontraba más y más aberraciones.
He visto la original y sus
versiones, decenas de veces. Y cada vez que la veo me emociona igual o quizá
más que la primera vez; y le encuentro más y más aspectos virtuosos,
artísticos, semánticos, estéticos, etcétera.
Después de reflexionar mucho al
respecto estas son mis convicciones acerca de los problemas de Blade Runner 2049.
1) Tiene
una CONTINUIDAD FORZADA, y por lo
tanto llega a soluciones ridículas, sacadas de la manga;
2) ni
siquiera se plantea seriamente el problema de los ROLES DE GÉNERO, lo que deriva en metáforas extremadamente
siniestras para para este mundo, triste reflejo de la actualidad feminicida y
misógina;
3) y
finalmente su ESTETICISMO
superficial, preñada de esa estética del vacío contemporánea.
Tres aberraciones nefastas, que
me llevan a considerar esta secuela un error cinematográfico histórico, perfecta
y deseablemente olvidable. Aquí mis razones.
CONTINUIDAD FORZADA. En los años ochenta las películas se producían
para ser unitarias. O sea productos únicos. Eventualmente el éxito de una
película hacía creer a los productores de la idoneidad de hacer una secuela.
Por mala que fuese la secuela ganaría dinero, solo de llevar a la misma gente
que vio la anterior a la sala de cine. Por ejemplo “El Karate Kid” de John G.
Avildsen, que es una película aceptable, tiene una segunda parte chafísima (aunque creo que fue éxito de
taquilla también), por una continuidad totalmente forzada, con ideas y
soluciones sacadas de la manga y pegadas a fuerza, en una trama inverosímil y
ridícula. Y no se diga la secuela de 2001:
Odisea del Espacio, 2010: El año que
hicimos contacto de Peter Hyams…
XDXDXD me da pena solo de acordarme.
De hecho las secuelas eran tan
malas comúnmente, que por eso se acuño la frase segundas parte nunca fueron buenas que ya es de uso popular. Hay
honrosas excepciones por supuesto, algunas películas si soportaban una o dos
secuelas o más.
Es evidente que “Blade Runner”
(1982) no es de este tipo. Hay cierto diseño unitario que no engancha con
facilidad en una continuidad seriada, aun siendo muy cuidadosos con esa
continuidad. De esta manera se crea una continuidad forzada, metida a calzador, y siempre con
problemas, con soluciones sacadas de la manga, y decisiones arbitrarias.
Por ejemplo: en “Blade Runner”
(1982) los replicantes están buscando a Tyrrel para que les extienda su límite
de vida. Tyrrel les explica claramente porque no puede hacerlo científicamente.
Es decir, es un problema de regeneración celular y el periodo de vida que
tienen es el periodo máximo que científicamente pueden tener antes de presentar
degeneración celular. Y luego los conmina a disfrutar al máximo la breve vida
que les queda.
SPOILER ALERT: A PARTIR DE AQUÍ SE COMENTARÁN DETALLES DE LA PELÍCULA
En “2049” casi simultáneamente,
los replicantes ya pueden vivir largas vidas sin límite de tiempo. Así terminan,
con un plumazo de guion, con los elevados deseos de longevidad y vida de los
replicantes originales, y toda su poética, la metáfora del hombre frente a
Dios; la expulsión del paraíso y el castigo de la mortalidad. Obvio no se nos
explica cómo se puede pasar de un replicante con periodos de vida de 4 años a
un replicante con periodos de vida ilimitados.
Simultáneamente Rachael, el bello personaje de Sean
Young, que no es más que otro replicante (uno experimental, a quién por primera
vez le injertan recuerdos para que se crea humana), y que como tal, solo vivirá
sus 4 años de rigor (y es tremendamente inquietante saber que Deckard está
prendado de un ser tan frágil, con una caducidad tan limitada); ahora en “2049”
resulta que fue provista de matriz, óvulos y seguramente de periodo menstrual
(¡Chale!) y que fue embarazada por Deckard, y que dio a luz a un bebe. Pero el
colmo de esta situación, es que pesé a ser todo, teóricamente, científico y
tecnológico, y los propios replicantes creaciones tecnológicas, productos
humanos, le llaman a la bebé de Rachael “un milagro”.
Francamente no sé qué pensar de
robots que creen en milagros: debe haber un error de programación muy grave,
quizá los creo Trump. Quizá es más fácil que los replicantes crean en Adán y
Eva y en la tierra plana; y descrean de Darwin y Galileo. Robots
posverdaderos, ya plenamente afiliados a la estupidez humana.
El hecho de que una replicante,
que en la película anterior apenas podía vivir 4 años, haya sido provista de un
sistema reproductivo humano, se haya embarazado, y haya dado a luz a un bebé,
me parece una solución churro del
nivel de las pirañas voladoras de Piraña
2 o de la lluvia de tiburones de Sharknado.
Perdón.
Otra cuestión muy desafortunada
de esta continuidad forzada, es que terminaron con el interesante juego de
ambigüedad sobre la identidad de Deckard, cuya magia estaba en tener la duda de
si era un policía de Los Ángeles o un replicante, y en esa duda había mucho
arte, muchas posibilidades, mucha sugestión.
ROLES DE GÉNERO MEDIEVALES. Blade
Runner 2049 integra una visión increíblemente misógina y machista del mundo
para ser futurista. Visión que no tenía la versión anterior pese a ser de los
años ochenta. Y por lo tanto la nueva película tiene una visión regresiva que
nos devuelve al mundo antes del reconocimiento de la ciudadanía de la mujer,
del estatus de la mujer como persona. Parece escrita y dirigida por el famoso
club de Toby de La Pequeña Lulu de
los años cuarenta, un mundo en el que se justificaba, como en las cantinas
mexicanas, que hubiera espacios exclusivamente masculinos o sea NO CONTAMINADOS
POR MUJERES. Y en ese entonces, en aquella visión del mundo normal solo existían mujercitas y hombrecitos (XY). Cualquier otra identidad de género era
completamente anormal.
Afortunadamente eso ya cambió
actualmente, en 2017. El nuestro es un mundo que busca establecer socialmente
valores como la inclusión, la tolerancia, y por supuesto, el respeto a los
diferentes roles de género que existen, el famoso LGTBTTTI. Así nuestro propio
mundo resulta demasiado vanguardista para el futuro porque todo eso no ha
ocurrido todavía en 2049, que es básicamente XY.
Entre los servicios que ofrece
Wallace (el nuevo Tyrrel), se haya una especie de sistema operativo (fusil de Her
(2014) de Spike Jonze) que integra una visualización holográfica encarnada por
una lolita cubana de nombre “Joi”
(Ana de Armas).
Porque el replicante K[1]., es todo un hombrecito. “Joi” de hecho simula
ser un ama de casa modelo, de los años cuarenta. Tiene la cena lista, y atiende
a su hombre como se merece, después del duro trabajo. No sale nunca de casa,
como sistema operativo no lo puede hacer. Pero como ocurría en los años
cuarenta, sale de casa solo con el permiso y autorización del marido, que
compra un bonito artefacto para tal fin.
Es una esposa de bolsillo, literalmente. Un futurismo delicioso si
eres un macho. La esposa de bolsillo
no se les ocurrió ni siquiera a los portentosos creativos del cine de ficheras
mexicano, el género cinematográfico más machista de la historia del cine.
Volviendo al mundo de la película,
no vemos que haya un producto como Joi,
o sea un sistema operativo, masculino,
igual o parecido para mujeres o para gays. Obvio en este mundo las mujeres
están en la cocina, y por cierto no hay gays.
Ni uno. No sé, quizá yo estoy mal… pero hasta en “La Bella y la Bestia” (2017)
de Disney hay gays. Así la película
de Disney si parece suceder en 2049, mientras que Blader Runner secuela, parece ocurrir en 1049. Para los árabes y
los iraníes debe ser como un mundo perfecto.
Volviendo al mundo de la
película, en 2049 irse de putas, usar muñecas inflables y ejercer la sexualidad,
es cosa de hombres. Es casi como en cualquier episodio de “Mad Men”. En el
universo de la película prevalece el modelo de la mujer como pareja personal,
escort, objeto sexual. Parece diseñada por Harvey Weinstein.
¿Acaso K., no pudiera tener un
modelo masculino en casa, un esposo? ¿Lo que lo haría necesariamente un
replicante gay? ¿O podría tener un modelo neutral, andrógino o asexuado? ¿Por
qué una empresa de robots de servicio, haría replicantes policías con rol de
género y con impulsos sexuales? ¿Por qué K., tiene que ser un hombrecito
heterosexual? ¿Acaso son policías que ofrecen servicios sexuales? De facto,
todos los replicantes bien podrían ser bisexuales o mejor aún asexuales o quizá
incluso polisexuales. Pero eso es mucho pedir. Sería pedir una versión
cinematográfica que refleje los valores contemporáneos, que los discuta, que
los rebata, que los polemice y que diga cosas al respecto, así como si se
tratara de 2049. Y no, que reproduzca valores avinagrados.
Cuando el gran dueño testicular
de la empresa de robots crea un asistente personal ¿Qué creen? Es una mujer, de
hecho una secretaria. La super secretaria modelo Luv (Sylvia Hoeks): un ser siniestro,
sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa por lograr sus objetivos; metáfora de
cualquier mujer que sea alta ejecutiva en una empresa importante. El jefe por
supuesto es hombre ya que la plena libertad solo es un asunto de hombres. La
secretaría perfecta, por diseño, cumple el estereotipo machista de la buena
mujer: guapa o atractiva, bien arreglada, atenta, servicial, obediente,
dispuesta.
Y si Wallace hiciera trabajadores domésticos replicantes,
seguramente serían mujeres también, y con rasgos étnicos, y quizá hasta
hablarían español, en un guiño de realismo muy apreciable.
Y claro, dos mujeres juntas ni difuntas. Cuando se enfrentan dos liderazgos
femeninos es sólo para destruirse. Tal es la suerte de la Capitana de Policía
(Robin Wright), el burdo arquetipo de mamá sustituta de K., al enfrentarse a
Luv, en una de las escenas más ilógicas y tontas de la película, bueno
enfrentarse es un decir. La capitana de
policía a sabiendas de que Luv mató a su forense, no llama a un guardia de
seguridad o a un cuerpo policíaco a presentarse a la oficina, no toma un arma,
no se aleja tanto como puede de la peligrosa replicante, nada de eso. De hecho,
se sirve con toda calma un vaso de whiskey (¿?) y se pone a distancia óptima para
morir. Y cuando ésta a punto de ser asesinada ni se defiende, ni patalea,
araña, muerde o empuja, ni grita, ni nada. Imagino que la indicación del
director debe haber sido algo así: “ahora en lugar de representar a un ser
humano, astuto, líder, como debiera ser un policía con rango, y con deseos de
vivir como cualquier otro ser humano… no, olvida eso. Ahora eres un punching bag inanimado.” Y así tal cual.
Y por supuesto la feroz ejecutiva
Luv, también aplasta como cucaracha, literalmente, a “Joi” el sistema operativo
de K., la esposa de bolsillo. Ya saben cómo es la competitividad entre mujeres.
Y despacha sin ningún escrúpulo al otro mundo al clon de Rachael.
Pero quizá el peor gusto de este
machismo exacerbado radique en las gigantas. Un sensual holograma gigante de Joi trata de seducir a un joven K.,
inerme. El fetiche femenino como un objeto de placer magnificado, inmenso, casi
arquitectónico o urbano. Una puta inmensa, que se ofrece a cualquier transeúnte
y que deviene de la esposa de bolsillo.
Pero eso no es todo. En la zona de Las
Vegas, afectada por la radiación post apocalíptica un conjunto de estatuas
gigantes de mujeres fetichizadas, pero
en ruinas, son la ambientación…
Y por más que trato de
encontrarle sentido a esto, me parece más y más aberrante e innecesario.
La película que viene a mi mente,
en la que aparecen mujeres (o maniquíes de mujeres) como ambientación, es
precisamente La Naranja Mecánica
(1971). Las mesas del bar en las que nos presentan a los drogos, son mujeres en
posiciones sexuales sicalípticas y obscenas: escena de impresionante
agresividad, violencia visual, misoginia y machismo aberrante. Y porque así son
los personajes y su mundo en la genial película de Kubrick. Qué es por supuesto
una denuncia social punzante, una sátira deliciosa de la realidad y es
perfectamente congruente con la trama.
Pero en la fábula de 2049 que significan esas mujeres
gigantes destruidas, arruinadas. ¿Son acaso emblemas feminicidas? Eso parece.
Hay una metáfora siniestra en el asesinato de Luv, que al final es la
perfecta puesta en escena de un feroz feminicidio.
En un punto de la historia Luv se
declara la mejor (Luv de hecho es la
encarnación de una feminazi[2],
o sea la perspectiva machista de una mujer a la que se teme, y que debe
sojuzgarse), es decir se declara mejor que K., pero a continuación perece
estrangulada a manos de K. ¿Un castigo a su soberbia o a su insolencia?
Gran metáfora social. Nazimachista:
el feminicidio se justifica si la
mujer es una perra.
Bueno, pues a Luv la ponen en su lugar. Y desgraciadamente
no es el único feminicidio metafórico de la película. Hay otro mucho peor.
Wallace crea una replicante mujer, al parecer con la única finalidad de
asesinarla con un navajazo en la matriz. Escena gratuita sin justificación
dramática o narrativa. Pero si cargada de simbolismo. En 2049, si las mujeres no
pueden procrear no sirven. Mujeres (replicantes) que no pueden procrear,
mujeres (replicantes) inútiles. Sombrías metáforas. Siempre el futurismo
refleja nuestro mundo como un espejo.
Tintes medievales, esoterismo,
mesianismo, en una película de fantasía científica, con robots creyentes. Y
claro, la película tiene de hecho su princesa,
su damisela inmaculada, su propia virgen, o sea
la mejor mujer (según los tics machistas),
atrapada en la torre de cristal, solo falta ver a Ryan Gosling aterrizando
en un corcel blanco.
Y los hombres siempre ganan, son
los héroes de la historia.
Deckard que en la película
anterior era un cualquiera, un pobre diablo, que como al capitán Benjamin L.
Willard de Apocalipsis Now (1979)
simplemente le tocó la ejecución de un trabajo de mierda, no por ser muy
especiales, sino precisamente por todo lo contrario, por ser escoria, por estar
en la parte baja de la pirámide, por ser prescindibles.
En 2049 Deckard es un SEÑOR PADRE,
y no cualquier PADRE, es PADRE de la Elegida, de la MESIAS, la nacida de una
replicante, es pues el Rey, el papá de la princesa encerrada en su torre de
cristal. Así que en 2049, ya no es un policía cualquiera. Tiene mucha
importancia y así dan al traste con lo que fue un gran personaje.
Cabe señalar que en esta película
los hombres no son como las mujeres que se destruyen ferozmente y sin piedad. Al
contrario, después de una buena golpiza entre ellos, se van a beber a la
cantina. Buenos muchachos, que siguen siendo en 2049 los amos del mundo.
ESTETICISMO VACIO. Casi todos los comentarios positivos sobre Blade Runner: 2049 tienen que ver con “la
belleza deslumbrante de sus imágenes” y con el “extraordinario trabajo de
fotografía de Roger Deakins” para quién ya se reclama la entrega de un Óscar
por este trabajo de fotografía, aunque lo ha merecido por innumerable cantidad
de películas anteriores. Es un trabajo lucidor, pero… ¿Cuál es el discurso que
apoya y que al mismo tiempo justifica este trabajo de fotografía?
De hecho dice un viejo canon
cinematográfico, obviamente no escrito en ningún lado, ni esculpido en piedra,
que la mejor fotografía es la que no se nota. Según este canon el espectador
debe salir de la sala diciendo “Que buena película” y no “Que buena
fotografía”. Ahora bien, de ninguna manera una fotografía esteticista ésta
peleada con una buena película, siempre y cuando ese esteticismo tenga algún
asidero conceptual, discursivo. De otra manera es... oropel.
En la original Blade Runner de 1982, había un
palimsesto estético, por un lado el film
noir en una fotografía permanentemente nocturna y crepuscular, justificada
por el contexto que aportaba la novela, de un planeta Tierra que como Venus,
vive una inversión térmica permanente, razón por lo cual ya no hay rayos del
sol. Es un mundo de noche permanente y por lo tanto, donde todas las luces son
artificiales. Cuando en las oficinas de Tyrrel, se simula un atardecer, se
trata de un atardecer artificial, que Tyrrel puede tener porque es rico, así
como tiene una lechuza eléctrica. Los pobres, el resto de la humanidad jamás
verá el sol nuevamente, ni un animal, aún sea artificial. La magnífica
iluminación de Jordan Cronenweth, diseñada totalmente con luces laterales (como
la fotografía de Greg Tolland en Citizen
Kane aunque a color), resulto perfecta para crear atmósferas asfixiantes, y
totalmente urbanas (una permanente noche urbana, lo que crea una maravillosa
atemporalidad) con gran variedad de tipos de luz, y además pródiga en luces en
movimiento. No creo ser el único espectador que vivió una experiencia estética
profunda con los primeros planos de la película, con las tomas aéreas de la
ciudad iluminada, con sus fábricas de grandes llamas que escapan hacía el
cielo.
Un subyugante principio. Y que decir de los neones urbanos en el famoso
asesinato de Zhora (Joanna Cassidy). La iluminación está entramada, es
congruente con la narrativa, con la historia y con la estética noir.
Pues en Blade Runner 2049, salió el sol. Quizá sea un toque optimista sobre
el futuro de la humanidad en la tierra. En todo caso es un nuevo tipo de noir blanqueado. Es la estética del snow white noir. Aunque esta nublado,
relativamente nublado, en muchas escenas exteriores día, la luz es cenital, y
proviene de la atmósfera, o sea del sol. Es un trabajo de iluminación bastante
convencional. Se pregunta uno, o más bien me pregunto yo, si no vieron la
película anterior, y si no leyeron la novela.
No lo creo. No creo que no hayan
leído la novela, y que no hayan visto y analizado la película anterior. Más
bien les valió m… muy poco. Pero definitivamente la Tierra de la película
original de 1982, no es la misma que la de 2049. Quizá se trata de una película
del multiverso de DC Comics, y esta historia esté situada en Tierra B. O en
Tierra Ch. De Chafa.
Es una bonita teoría.
Los momentos de iluminación más
interesantes están en las raras oficinas de Wallace, y es una forma de
remarcar, subrayar, reforzar, la maldad del malvado empresario, es el lado
oscuro representado en luces. De hecho es un uso totalmente melodramático de la
luz (no quise decir telenovelero, pero bueno… ya lo dije). Ryan, interpretado
por K., siempre tiene la bonita y pálida luz difusa del bien y la bondad. En la
escena final, con nieve, solo falta el tierno muñeco de Frozen, el arbolito de
navidad y la música navideña, para subrayar el ñoñisimo encuentro familiar. Jingle
Bells era mucho más apropiado en ese momento que la brevísima y única cita
musical de Vangelis.
Y cuando Harrison Ford le pregunta a K., “¿Qué soy para
ti?” K., tenía que haber contestado “¡¡¡Gepetto!!!”
Con abrazo efusivo incluido. Ya que al parecer K., sueña con ser un niño de
verdad. Quizá en la secuela de la secuela aparezca el hada azul.
Pues bien: ¿Cuál es el discurso de
la película que la fotografía refuerza? ¿Hombres malvados y replicantes buenos?
¿Hay un solo Dios para hombres y replicantes? ¿Hombres y replicantes tienen
alma y sentimientos? ¿Replicantes del mundo uníos? ¿Un replicante puede transformarse
en un niño de verdad? Respuesta: Ninguna y todas. La película divaga. Esta mal
escrita. Es una ofrenda a la imitación estilística más superficial. Es una piel
sin cuerpo, una réplica deforme. Una aberración. Y lo fotografía entonces
divaga con la película.
Es estética del vacío como la caracteriza Eugenio Garbuno Aviña,
técnicamente virtuosa pero carente de discurso, post arte, o estética de la
irrelevancia como la define para el cine Josep M. Catalá, o la vanguardia hiperconformista como la
define el maestro Carlos Mendoza. Todo esto quiere decir simple y llanamente que
no hay discurso, no hay contenido, y como no tienen nada que decir, se pliega a
los prejuicios hiperconservadores de sus creadores, y tratan de compensar el
discurso vacío con recursos técnicos efectistas y vistosos. Y es de hecho, como
he tratado de demostrar, o al menos de mostrar, una representación involuntaria
de lo peor de nuestra sociedad contemporánea: postverdadera, insanamente
misógina, religiosamente fake.
La imitación de la original es
completamente superficial; es puro oropel. El ritmo no viene propiamente de la
historia sino que está impuesto, y por lo tanto ésta vacío, carece de
significado (el ritmo también significa); un trabajo de fotografía que se
concentró en ser tan deslumbrante, como en la película anterior, en vez de
partir de las necesidades de la historia y que por lo tanto traiciona a la
historia; y al final, todo este cuidado en los detalles superficiales sirve
para nada. Ni siquiera es atractiva para el gran público y la gran taquilla.
Como bien señaló el maestro
Leonardo García Tsao en su reseña del 14 de octubre de 2017 en La Jornada (puede leer la nota aquí: http://www.jornada.unam.mx/2017/10/14/espectaculos/a08a1esp), lo mejor que le puede pasar
a esta película es perderse y olvidarse para siempre en la historia del cine,
como una lágrima entre la lluvia.
Luis F. Gallardo León
16 de Octubre de 2017
[1] Guiño a
Kafka, aunque desafortunado, lo único kafkiano relacionado con la película es
el cerebro de Ridley Scott.
[2] En
cuanto a este horrible término ver http://www.actitudfem.com/entorno/genero/mujeres/la-verdadera-historia-de-la-palabra-feminazi
El único detalle que es incorrecto es que Rachell era una simple replicante, al final de la película se escucha la voz de Harrison Ford diciendo que era una replicante con vida "ilimitada"pues había sido un "experimento especial", de hecho dice que por eso su compañero (el del origami) ni la mata, pues pensaba que sólo estaría con Deckard 4 años.
ResponderEliminarFuera de ésta nota (larga), concuerdo con el análisis de la película; mucho que decir todavía pero la verdad me pareció una peli larga y sin ritmo, traicionó la escencia de la 1ra....
@memoriasdemarzo
El guión no va para ningún lado, comienza situaciones que no cierra. Jared Letto me parece un personaje súper tibio igual que la Capitana de Policía aunque pudieron haber sido rompemadres. También presentan un ejército listo para pelear y morir por la causa, no pasa nada. Matan a la
ResponderEliminarCuando dicen que hubo un "milagro" me pregunto si estamos viendo una película de ciencia ficción o una fantasía porque la ciencia ficción justo se apoya en las explicaciones científicas y lógicas de alguna teoría que se tenga. Justo no explican nada de cómo evolucionaron los replicantes.
Sí, visualmente me parece deslumbrante pero entonces es una buena fotografía y no una buena peli.
Me parece muy conformista el decir que es una obra maestra de la ciencia ficción de los últimos tiempos. ¿En dónde ha quedado nuestro sentido crítico? ¿Ésta es la menos peor?
Me dio mucha risa lo del periodo menstrual jaja sí, chale!