De cómo Björk se introdujo en mí
literalmente: Vislumbres del Presente y Futuro de la Realidad Virtual.
Artículo publicado en la Revista Digital: "Área de no leer" en abril de 2017
Definitivamente
no me siento tan autorizado como la Señora Paty Chapoy para juzgar el concierto
y la música de Björk. Como bien dijo la Sra. Ventaneando lo más desconcertante
es que Björk cantará en islándes —la más arcaica de las lenguas nórdicas— dado
que eso evitó que los mexicanos entendiéramos las letras ¡Qué desconsiderada!
Lo hizo seguramente porque la gran artista es islandesa. Yo sospecho que fue
por eso pero no me atrevería a asegurarlo. Citando a la Sra. Chisme y su
profunda fenomenología lingüística: “cuando escuchas un idioma que nunca antes
habías escuchado, no entiendes absolutamente nada”. Irrefutable.
Aunque a decir
verdad no hubo ninguna canción en islandés. Björk cantó y canta en inglés.
Aunque con un acento muy peculiar, un inglés apenas inteligible. El islandés es un idioma tortuoso de
aprender, en ese sentido se le compara al latín por ejemplo, y tiene un sistema
fonológico, o sea sonidos vocálicos y consonánticos, que para los
hispanohablantes son imposibles de distinguir y de producir. ¡Y en Islandia
Björk ha sido muy criticada porque sus discos y éxitos están en inglés! En
Islandia canta en inglés. ¿En México en islandés? según Paty chula sí. ¡Qué galimatías!
Alguien debe estar equivocado.
Quisiera añadir
al cultivado comentario de la Sra. Chapoy algunos apuntes sobre Islandia, es
una isla volcánica en el hemisferio norte y en el confín del mundo, con una
extensión territorial de 103 kilómetros cuadrados, y un población total de 331
mil habitantes. O sea, Islandia completa cabe en la Delegación Iztapalapa —que no
es la más grande de las delegaciones— y su número total de habitantes cabría en
cualquier delegación de la Ciudad de México de forma holgada. De hecho su
población es apenas la veintiseisava parte de la población total de la Ciudad
de México y la quinta parte de la población de la delegación Iztapalapa. La roca de hielo y fuego fue colonizada por
los Vikingos en su época dorada, por ahí del siglo IX.
Es un país pequeño, sí, pero con una gran cultura, y Björk es indudablemente
una de sus artistas más reconocidas.
Yo me enamoré de
Björk —como millones alrededor del planeta— con “Homogenic” a finales de los
años noventa. Y luego con la película de Lars Von Trier “Dancer in the Dark” y
su Palma de Oro en Cannes a mejor actriz —muy merecida, lo reconocerá el lector
si ha visto la película— y así, disco a
disco. Lo que yo sentí y pensé desde que escuché por primera vez el “Homogenic”
es que su música es inclasificable. Como diría la señora Paty Chapoy: “interesante
pero estraña” —para no usar el ahora arcaísmo
‘extraña’.
No soy un
especialista pero recuerdo bien la música de la época, había pasado en México
apenas la ebullición del gótico, el postpunk y la música Industrial, y algo de
eso hay en Björk, sobre todo música industrial, como la del fascinante Einstürzende Neubauten, ese grupazo
alemán que hacía música con herramientas de la fábrica, con basura y con todo
lo que encontraban. Movimiento post punk, que buscaba la oportunidad de crear
toda una nueva sonoridad contracultural con instrumentos que podían allegarse
los ninis de la época, en la miseria
económica y cultural de las ciudades industriales europeas.
Pero no solo los
instrumentos industriales, también los ritmos de fábrica, las atmósferas
espesas y densas de esos ambientes de trabajo y las letras grises. Simultáneamente,
tras la música disco de los setenta, el rap y el hip hop de los ochenta, la
música Industrial va de la mano con la gran ebullición del movimiento Techno, aprovechando también las
posibilidades que ofrecían los nuevos teclados y las computadoras, así como las
técnicas de distorsión y sampleo de sonidos.
La música industrial sigue, quizá más que ninguna otra, de forma
consciente o circunstancial, los postulados de la música Concreta. Y es común
este tipo de recursos sonoros en diversos temas de Björk.
Aunque, por otro
lado se siente desde el “Homogenic” una intención ambient, en donde los temas tienen más intenciones atmosféricas que
melódicas, rítmicas o tonales, y que por lo mismo carecen de una marcada
personalidad propia. Son temas que se hilan entre sí como en una sonoridad
continúa.
Y además se
siente una influencia importante del movimiento New Age —y que va cobrando
cuerpo al avanzar los álbumes hacía el nuevo siglo— al centrar cada vez más y
más toda la música de Björk en su descomunal talento vocal, y al arraigarse en
sonidos, temas y atmósferas culturalmente nórdicas y particularmente islándicas.
Es pues música única, muy original pero con diversos sedimentos intertextuales, y todo ello aunado a que
es una mujer con preocupaciones estéticas profundas. Para no meterse en
problemas de clasificación se dice comúnmente hace discos “muy artísticos”. Y
sí.
Cinco álbumes
después, llega Björk a México de dos maneras diferentes. En los conciertos más
o menos usuales; y en la experiencia “Björk Digital México” montada en el Foto
Museo Cuatro Caminos, lugar que se encuentra a un costado del metro homónimo,
saliendo por la Calzada Ingenieros Militares. Björk viene “promoviendo” —“promover”
es un decir pues tiene dos años que se lanzó— su último disco “Vulnicura”
escrito en el contexto de la dolorosa separación de su última pareja
sentimental. Para este disco Björk produjo y realizó diversos performances,
instalaciones, experiencias de realidad virtual, realidad aumentada, que ya
fueron presentados parcialmente en diversas ciudades importantes como Tokio,
Nueva York, Londres y Montreal, pero llega a la Ciudad de México completa.
La experiencia
dura una hora y media aproximadamente, aunque el último salón es un compilado
de videoclips de la artista en loop
que dura dos horas hasta su reinicio. Así que puede uno estar 3 horas y media
ahí. La visita comienza con 15 minutos
de juego en la aplicación que Björk desarrollo hace siete años, llamada Biophilia y que sintetiza de manera
brillante la experiencia y la creatividad musical de la artista con elementos
lúdicos y educativos.
La interfaz de Biophilia es una pequeña galaxia en
tercera dimensión que uno puedo rotar 360°, algunas estrellas con nombres
astronómicos hacen de estaciones —botones de interfaz— donde uno comienza la
navegación. Al seleccionar una aparece un menú donde uno puede elegir el tipo
de experiencia: por ejemplo, puede uno simplemente escuchar la canción de Björk
con los gráficos; o puede jugar con los gráficos y con la música instrumentada
de tal forma que uno interviene o interactúa musicalmente. Los gráficos
corresponden a entidades biológicas, como las células por ejemplo, o el DNA;
por lo que va del espacio exterior al microcosmos de la vida. Realmente
sensacional. La aplicación puede uno traerla en la tableta, o en la lap top, en
la PC y se vende por separado en Itunes.
La segunda
experiencia es una instalación audiovisual de Björk, se trata de su tema Black Lake filmado para dos pantallas
gigantes, y masterizado a 50 altavoces, o sea 50.1; la idea es que la atmósfera
sonora sea diferente según el lugar en el que uno está situado en un amplio
salón con las pantallas gigantes montadas una enfrente de otra en paralelo. Uno
debe recorrer el salón de un lado a otro aleatoriamente para notar las
diferentes atmósferas sonoras. El video dual en gran formato fue dirigido por
el artista audiovisual Andrew Thomas Huang http://www.andrewthomashuang.com/
Es una canción
desgarradora, la voz poética describe con metáforas anatómico geológicas como
vive espiritualmente el rompimiento de una relación, ella es el lago negro y denso que ha sido envenado.
En los versos finales por ejemplo se refiere a sí misma como un brillante
cohete que vuelve a la tierra “y mientras ingresa a la atmósfera arde pedazo a
pedazo” (I am a glowing shiny rocket / Returning home / As I enter the
atmosphere / I burn off layer by layer). Los videos en alta calidad y en gran
formato, trabajan metáforas visuales anatómico geológicas muy poderosas: El
vientre de Björk de pronto es una cueva, de la que surge un espeso magma
plateado, sus piernas se funden en la roca o son territorio. Nos remite a los
más poderosos arquetipos de la mujer: Mujer Tierra / Mujer Fertilidad, además
de que estos espacios geológicos y estos símbolos también son férreamente emblemáticos
de Islandia y su cultura. El conjunto provee una experiencia estética profunda.
La tercera
estación ya es una sala con lentes de Realidad Virtual donde uno se introduce
en esta novedosa tecnología en el tema “Stonemilker” (Ordeñador de piedras), el
video inmersivo de 360° realizado también por Andrew Thomas Huang, producido en
VRSE.works y en el estudio de efectos especiales xRez, con locaciones en el
glaciar Vatnajökull, que es como un parque nacional; y en el pequeño cañón de
Múlagljúfur. El tema es un tanto más dulce y el video bastante sencillo, Björg
con un vestido amarillo canta y gira lentamente por esos paisajes de bellos y
extensos horizontes, entre marinos y volcánicos. La magia del 360° es que
puedes mirar a Björk cantando o no. Pues al girar la cabeza tendrás el panorama
del paisaje completo, puedes ver el cielo, el suelo o la vista lateral a un
costado y otro. Por esta razón, durante el video Björk se desdobla y de pronto
hay una Björk en distintos puntos cardinales, y además a distintas distancias.
De pronto tienes a la cantante casi encima de ti, cantándote al oído.
Me di cuenta de
lo difícil que va a ser con esta tecnología realizar ficción, el cine
bidimensional o hasta tridimensional, te garantiza que la atención del
espectador se centre en el punto que el realizador quiere centrar. El que haya
una sola pared, un encuadre ventana
centra la atención, la focaliza. ¿Qué sucede si no existe esa limitación? ¿Si
el espectador puede mirar el espacio más allá de la acción o incluso en contra
de la acción? Esto ya ocurre en varios videojuegos; cuando uno de pronto se
pierde en el territorio y necesitas ayuda especial del propio juego para volver
al punto clave que te permita avanzar en la aventura. Estamos frente a un gran
reto narrativo cuyos alcances no podría adelantar. Estamos colonizando un
territorio inexplorado en cuanto al arte de narrar. Frente a un espectador que
podría naufragar en la inmersión, perderse, desorientarse, perder detalles que
le impidan comprender el relato.
La cuarta
estación correspondía a un equipamiento de Realidad Virtual con un par de
mandos para interactuar con el video. El tema: “Family” versa sobre la
reconstrucción de la interacción familiar tras una ruptura. Nuevamente dirigido
por Andrew Thomas Huang y codirigido por Björk y James Merry, las
impresionantes gráficas presentan un mundo irreal, cavernario e inhóspito,
sobre el cual nos desplazamos. Nos guía el avatar de Björk, una impresionante
mujer fantasmal conformada por estructuras traslucidas entre orgánicas,
plásticas y metálicas, de sus entrañas salían unas cintas amarillas. Al mover
los mandos uno podía deslizar las cintas amarillas de las entrañas de Björk por
el espacio virtual y al soltar los botones las cintas volvían a sus entrañas.
Estas cabinas
eran estrechas y dos veces golpee a otro usuario que estaba junto a mí al mover
los controles. Salvo este detalle operativo, para mí, esta fue la mejor
experiencia vital de la visita. Pues me di cuenta, con este video en
particular, que será perfectamente posible, conforme avance esta tecnología,
vivir aventuras y experiencias virtuales con la sensación plena y total de
haberlas experimentado sensorialmente en la realidad. Será perfectamente
posible construir escenarios y situaciones realistas que te hagan perder el
sentido ficticio de la experiencia. Es cuestión de tiempo.
Podrá uno viajar
al interior del organismo como en aquella magnífica película de Joe Dante
“Innerspace” (1987), o a otras galaxias. Podrá subir al Everest, o visitar
Egipto. Vivir experiencias muy extremas: luchar con cocodrilos, ir a la guerra,
matar, mutilar, violar. Acostarse con la actriz favorita. Las utilidades son
infinitas: llegamos al punto en que lo que ocurría en la película “Total
Recall” (1990) de Paul Verhoeven puede llevarse a término: ir a una empresa de
realidad virtual a convertirse en un héroe marciano. Basada libremente en un
brillante cuento de Phillip K. Dick “Recuerdos al por Mayor” donde Douglas
Quail un buen día despertó y: “tuvo un súbito deseo de estar en Marte. Pensó en
los valles y se preguntó qué sensación se experimentaría al caminar
trabajosamente por ellos.” Y tras mucha reflexión “Estoy decidido a ir —se dijo
así mismo—. No quiero morirme sin hacer un viaje a Marte.” Pero Douglas es un
clasemediero “un miserable empleaducho asalariado” como se lo recuerda su
esposa. Afortunadamente existe la Corporación REKORDAR, que ofrece este
servicio de experiencias virtuales y que ofrece que pase lo que pase “tendrá
memoria de haber ido sin lugar a dudas”. Pues estamos en la antesala de este
mundo de Ciencia Ficción descrito en 1966.
También Phillip
K. Dick imagino en una de sus novelas magistrales “Los Tres Estigmas de Palmer
Eldrich” (1965) una sociedad humana que construye una verdadera utopía en un
mundo virtual, en el que la gente prefiere vivir (abandonando a su suerte el
mundo real). Actualmente ya existe una gran variedad de juegos de este tipo en
el que uno se reinventa a sí mismo, en el que se construye una personalidad y
cohabita un espacio colectivo con otros usuarios que a su vez habitan dicho
espacio virtual, construyendo así una identidad social (como en las redes
sociales). Algo semejante a “The Matrix” (1999) de los hermanos Wachowski.
Pues ahí
estamos, en el umbral.
La parte más
emocionante de este videoclip de realidad virtual ocurre cuando el avatar de
Björk entra en ti. O literalmente te atraviesa. A pesar de que esto no ocurre
realmente, de que sabes que estás viendo un video, y escuchando un sonido por
auriculares, y de que no hay realmente sensaciones táctiles… ¡Si las hay! ¡Vaya
que las hay! Las crea tu psique. Las sensaciones que te produce esta invasión
de tu yo por el avatar de Björk es muy intensa. Y así, lentamente sale de ti
por tu espalda y debes mirar hacia atrás para constatar que Björk ya no ocupa
tu cuerpo. Es demencial, pero es cierto.
Los muchachos
que te guían por cada estación de la exposición te comentan que hay personas
que no soportan la experiencia, no soportan la inmersión. ¡Desisten!
La quinta
estación de Realidad Virtual tenía dos temas sucesivos: “Quicksand” y “Mouth
Mantra” con la particularidad de estar filmados en Realidad Aumentada que es
una técnica diferente de Realidad Virtual. En la Realidad Virtual normal se puede
diseñar completamente toda la experiencia en CGI. La Realidad Aumentada emplea
las estructuras del mundo real que de
esta forma es intervenido, y sobre este mundo real se rediseña, se proyecta, se
amplifica, se distingue, se dibuja, etcétera, para crear una nueva experiencia.
Con el apoyo de la investigadora Neri Oxman http://www.sapiensa.org/featured/neri-oxman-el-diseno-en-la-interseccion-entre-la-tecnologia-y-la-biologia/
especializada en diseño biotecnológico, se produjo el video de “Quicksand”,
tema cuya letra está dedicada a la necesidad de que una madre tenga fortaleza
en la adversidad para transmitirla a sus hijos.
Me pareció más
interesante “Mouth Mantra” realizado por el artista visual Jesse Kanda cuyo
trabajo artístico se centra en metáforas anatómicas. La letra de la canción se
centra en la boca como espacio donde las palabras surgen y viven, pero narra el
silencio que de pronto infecta la garganta y el espíritu (presumiblemente en
una relación), ese silencio de lo que no se dice debe ser desgarrado para encontrar
la liberación (del sonido). El video te sumerge literalmente en la boca de
Björk. El espectador está ubicado aproximadamente en el paladar, y por encima
nuestro quedan los dientes superiores y por debajo los inferiores, y a los
costados las muelas. La sensación es asfixiante, claustrofóbica, tanto como
fascinante y única.
La sexta y última
estación de Realidad Virtual le corresponde al tema “Notget”. Bella canción de amor.
De todos los videos VR el más rítmico, dinámico y atractivo. La realización
estuvo a cargo de Warren Du Preez y de Nick Thornton Jones, aquí Björk realiza
una danza/vuelo simulando una mariposa gigante. En este video son esenciales
las máscaras del artista James Merry un caudal de inventiva y creatividad
aplicada.
¿Qué unifica
todas estas experiencias, además de la música de Björk? La exposición en su
conjunto gira en torno a la heurística de cantante islandesa y de su equipo de
trabajo, pues como dijo Paty Chapoy acertadamente: “es como una niña jugando” y
ese carácter lúdico está por todas partes, pero de la mano de un notable (y
profesional) cuidado de los detalles. Es tanto el vestuario como las máscaras,
como la música, como la técnica fílmica, en todo hay creación, juego, fantasía
y arte.
La exposición
vale la pena como experiencia estética y también como una forma de acercarse al
conocimiento de las nuevas tecnologías de entretenimiento, y de exploración
artística y narrativa. Es una inmersión profunda en la obra de Björk, su música
y sus emanaciones artísticas multimedia, de gran potencial estético.
Pero hay un
problema…
Es de costo
elevado para público mexicano general: 660 pesos. En el horario de Lunes a
Viernes de 10:00 a 12:00 del día cuesta el 50% a estudiantes con credencial
vigente y el 25% a maestros. Es una lástima que no se considerará una mayor
amortización del costo de taquilla para que más personas pudieran disfrutarla. Es
la única crítica que yo haría al Foto Museo Cuatro Caminos y a su exposición
“Björk Digital México” que estará abierta hasta el día 7 de mayo. Ni hablar, un
montaje valioso, pero elitista.
P.D. El Festival
Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) en su XX aniversario presentará tres
documentales en Realidad Virtual, como parte del proyecto Ópera Orbirs. Los
realizadores Roberto Fiesco, Carlos Hagerman y Juan Carlos Rulfo son los
encargados de llevar a término dicha experiencia, y como lo he expresado en
este texto, básicamente son pioneros en el arte de narrar en espacios de 360°.
Será interesante examinar sus resultados.
Luis Fernando
Gallardo León
12 de abril de
2017